martes, 13 de marzo de 2012

Ensayos y cartas de postulación

Llegó el momento de completar las solicitudes de admisión y te encuentras frente a la necesidad de escribir ensayos o cartas de postulación. No sabes por dónde empezar ni qué poner. Te parece que todo lo que escribes es “poco importante” o caes en la trampa de dedicar todo el ensayo a escribir sobre tu vida, tus logros y las circunstancias que te llevaron a estar hoy postulándote a esta universidad…
¡No desesperes! A continuación vas a encontrar algunas recomendaciones para facilitar la tarea y obtener mejores resultados.
1.   Contenido: Uno de los factores que resulta más difícil es determinar qué escribir, ya que se cree que el contenido es lo más importante, porque tiene que ser intelectualmente brillante, original, o porque los logros tienen que ser casi supra humanos. Afortunadamente, esto es un mito. Lo que verdaderamente cuenta es la forma en la que se comunican las ideas, el ritmo del texto, la manera en la que se capta la atención del lector.
Como se cree que el contenido tiene que “ser importante”, muchas veces se cae en la trampa de:
a.      Filosofar
b.      Usar lenguaje demasiado rebuscado y oraciones muy largas
c.       Emplear clichés
Es recomendable no emplear estas estrategias, que contribuyen a que el texto no fluya, sea poco espontáneo y grandilocuente.
2.   Atractivo: uno no tiene que ser un escritor talentoso para lograr que el documento sea interesante; simplemente tiene que encontrar un enfoque original, una forma de plantear las cosas que hable de uno, que refleje lo que hace que uno sea un individuo único.
Una primera oración que llame la atención del lector es fundamental. Una pregunta o una aseveración original y/o controvertida, que despierte la imaginación del lector, que haga que quiera seguir leyendo. Una frase como “Entonces empezó todo: la búsqueda, el encuentro, la decisión” es mucho más atractiva que “Tras mucho buscar encontré este programa para el que escribo esta carta de postulación”.
3.   Flujo de ideas: en algún momento a todos nos ha tocado leer algún texto que nos obliga a volver una y otra vez sobre las mismas oraciones para entender su sentido. Esto sucede porque las ideas no están bien conectadas, porque las palabras no fluyen.
El secreto para que un texto sea llevadero es que cada idea y cada palabra este interconectada con las otras. Así, cada frase y párrafo lleva al lector, sin saltos ni confusiones, fluida y naturalmente, del principio al fin del documento.
4.   Impresiones inolvidables: el final del documento tiene que contribuir a dejar en el lector una impresión que sea difícil del olvidar. Para lograrlo no es necesario haber hecho alguna hazaña casi imposible, sino más bien generar una conexión emocional con el lector.  Al terminar de leer el texto, este debe sentirse tocado o identificado, sorprendido o divertido.
Entonces, a modo de resumen, el documento tiene que ser atractivo y llevadero para quien lo lee. Debe fluir y dejar una marca en el lector, sin usar clichés, frases complicadas, sin filosofar ni usar clichés.